XVII Edición

Curso 2020 - 2021

Alejandro Quintana

Una decisión crucial 

Alejo López Vila, 16 años

Colegio El Vedat (Valencia)

Cuando me preguntan acerca de lo que tengo pensado estudiar en la universidad, me lleno de orgullo y contesto bien alto: <<Filosofía>>. Muchos se sorprenden. Entonces quieren saber si de verdad estoy seguro, si creo que gracias a la Filosofía encontraré un trabajo digno, si podré ganarme la vida con aquello que me gusta y que me genera tanta inquietud. Reconozco que al principio me costaba encajar estos comentarios, pero tengo la suerte de vivir en una familia que me apoya y, además, de tener una hermana con las mismas aspiraciones: mejorar el mundo mediante el pensamiento, lo que me motiva a seguir defendiendo aquello que me apasiona.

Parece que hay interés en quitar mérito a quienes estudian carreras de Humanidades. Antes, en el bachillerato, se encasilla a los alumnos de Ciencias como inteligentes, gente interesante con aspiraciones que merecen la pena, y a los de Letras como personas que buscan lo fácil y huyen del esfuerzo, del reto de enfrentarse a asignaturas como, por ejemplo, las Matemáticas. 

Una de las primeras decisiones importantes que tuve que tomar, porque repercutirá en mi futuro, fue el tipo de bachillerato que deseaba estudiar. Es un camino que muchos tenemos que definir con inseguridad. Como dice Cristina Gil, en Hoy Aragón: La mayoría de los jóvenes no saben bien qué elegir, ni qué estudiar el día de mañana. Se ven influenciados por los amigos, por la familia, por la presión social o por esa asignatura que no les gusta y que se les atraganta.

Esta resolución la tomamos sin la madurez necesaria. Fruto de esta inmadurez, los padres suelen jugar un papel demasiado relevante en nuestra elección, pues creen que sus hijos tienen que estudiar aquello que ellos estudiaron, o que se matriculen en carreras con “prestigio” o que estudien lo que ellos quisieron estudiar y no pudieron. A veces esta presión familiar obliga a escoger una rama del saber que al adolescente no le gusta o no se le da bien.

Es un error infravalorar las Humanidades (también la Filosofía), pues sin ellas no podríamos desarrollar la capacidad crítica para crear nuestra propia opinión, transmitir nuestras ideas, influir en la construcción de una sociedad mejor y conocer nuestro contexto histórico, lo que redundaría en evitar los errores que se han cometido en el pasado. Ciencias y Letras son igual de importantes y necesarias, pero deberíamos elegir con libertad, independientemente de opiniones ajenas.