X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Una ilusión bajo el brazo

Carlota Cumella, 16 años

                  Colegio Canigó (Barcelona)  

Hizo las maletas, se subió al autobús y emprendió su viaje. En la última parada de la ruta se bajó con sus pocas pertenencias y echó a andar, rezando para que los recuerdos de su infancia pudieran guiarla hasta su antiguo hogar.

Efectivamente, después de una hora caminando por aquellos bosques, cada vez más alejada de la carretera, llegó al claro. A Ana le impresionó que la casa estuviese medio en ruinas. Aunque no hacía mucho que su abuela Trini había fallecido, parecía deshabitada desde hacía muchos años.

Empujó la puerta roída y se vio en mitad del salón, que en nada se parecí al lugar de juegos de su infancia. Era aquello o nada, así que debía tomárselo con optimismo y respirar hondo.

Con la llegada de la crisis fueron pocos los negocios que se mantuvieron. La pequeña empresa textil donde Ana trabajaba también se hundió. Ella acabo en la calle con apenas un par de billetes en el bolsillo. Sin embargo, había una cosa que hacía muy bien, una pasión que le comunicó su padre antes de morir y que ella alimentó sin descanso: escribir.

Cuando se vio en la calle pensó que había llegado el momento para su primera novela. Pero un buen libro no se escribe en dos días, ni siquiera en un mes. En su desesperación se acordó de la abuela Trini, que vivía en aquella casa construida por sus antepasados y perdida en el bosque. Y sin darle más vueltas hacia allí se dirigió, con la maleta cargada de esperanzas.