V Edición

Curso 2008 - 2009

Alejandro Quintana

Una imagen vale más
que mil palabras

Sonia Galiana, 16 años

                 Colegio Altaviana (Valencia)  

Es verdad que, en ocasiones, una imagen puede ayudarte a ver la realidad objetiva de las cosas. No obstante, ésta no siempre vale más que mil palabras bien dichas. O cien. O diez...

El otro día, sin ir más lejos, escuché en el autobús una conversación que mantenían unas señoras. Hablaban del hijo de la vecina. Por lo visto, había vuelto a casa después de un largo tiempo de ausencia y su madre lloraba de alegría. ¡Qué bonita escena!, me imaginé. Me hubiera gustado oír los elogios de esa madre. En ese momento considere la importancia de las palabras.

Por ejemplo, si las clases de Física y Química se impartieran sólo con la lectura del manual y la profesora no nos explicara nada, cada una de nosotras sacaría sus propias conclusiones de la lección. Eso en el caso de que supiéramos sacar conclusiones de lo que nos intentan transmitir unas hojas de texto.

Una imagen mal interpretada puede prestarse a la confusión. Por ejemplo, un abrazo entre dos amigos. Sin embargo, la explicación con unas palabras y la entonación adecuada ayudan a comprender el contexto de lo que queremos transmitir.

Considero que si complementamos bien las imágenes con las palabras, la vida sería mucho más fácil para todos.