X Edición

Vivir en el sur

Reyes Hernández, 14 años

                 Colegio Entreolivos (Sevilla)  

La última Navidad, por motivos familiares, viajé a Madrid. Como no cabíamos todos en el coche y al ser la mayor de mis hermanos, me tocó ir en AVE. Al principio estaba un poco asustada, ya que se trataba de mi primer viaje sola. Pero no me quedó otro remedio que montarme en el tren, que salió a su hora de la estación sevillana.

Tengo la buena costumbre de observarlo todo. Por eso, durante el trayecto no aparte la mirada del cristal. El paisaje de la campiña sevillana, con sus tonos verdes del invierno, se iba fundiendo poco a poco al llegar al Sistema Central. Todo rastro de color fue desapareciendo hasta convertirse en campos y más campos de cultivo que me daban una sensación de monótona tristeza.

El Sur es lo mejor: por su alegría, color y buena comida. Por su gente, las costumbres y tiempo. Muy al contrario, Madrid en invierno parece el Polo Norte para los que estamos acostumbrados al calor. Además, es una ciudad demasiado grande, no como en Andalucía, en donde todas sus capitales son pequeñas.

Siempre me habían dicho: “De Madrid al Cielo”. Pero eso lo dice la gente que no ha bajado más allá del centro de España.

No hay nada mejor que vivir en el sur.