II Edición

Curso 2005 - 2006

Alejandro Quintana

Volveré

María del Rincón, 16 años

                  Colegio Alcaste, Logroño (La Rioja)  

    Querida Saskia:

    Mi corazón anhela regresar a Bulgaria. Los días sin ti me parecen años y extraño muchísimo a Timudjin y Ajmad. Cada noche me parece oír los lloros de nuestros pequeños. ¿Qué tal están? Supongo que seguirán creciendo igual de rápido.

     España es una nación hermosa, pero no tanto como nuestra amada Bulgaria. Cuando abandonas tu país es cuando realmente lo echas de menos y darías lo que fuera por volver. Lo mismo sucede con la gente que quieres: sientes que hay algo en tu interior que no termina de contentarse con la nueva situación. Buscas y buscas, y no sabes qué es. A las personas cercanas es fácil recordarlas y más aún, añorarlas, pero también necesitas volver a ver a quienes tratas menos.

     Quisiera volver a pasear contigo por el jardín de la casa de tu madre. Esa tranquilidad aquí es difícil de conseguir. La ciudad es ruidosa y las personas corren de un lugar a otro como si no supieran por qué lo hacen.

     Aquí, parece que no importe que haya estudiado Filología Inglesa. Nadie me quiere en las academias; por lo visto no necesitan profesores búlgaras de inglés. He puesto anuncios por los árboles pero no recibo ni una sola llamada. La verdad, empiezo a creer que el problema no es el inglés sino el profesor. Los levs que tanto nos costó reunir, para este país son una miseria. Es una de las razones por las que no os escribo tan a menudo como desearía. Ni siquiera he podido encontrar un hogar decente.

     Comparto casa con varios rumanos y ucranianos. Somos nueve y todos contribuimos para pagar el alquiler. Tras varios intentos fallidos para encontrar un puesto de profesor, no me queda más remedio que aceptar una oferta para trabajar en el campo recogiendo uvas. Todas las mañanas viene una furgoneta y nos recoge a varios para ir al campo, a las afueras de la ciudad. En esta época del año hace bastante frío, pero no puedo quejarme después de haber visto a varias personas, también extranjeras, pasar hambre y pedir dinero por la calle. Me pagan muy poco y a esa cantidad debo descontar el dinero del alquiler. El resto te lo haré llegar.

     Aún no puedo regresar. Salí para llevaros dinero y seguiré aquí hasta conseguirlo. Aunque la tentación de volver es fuerte, me ayuda el consuelo de saber que me estarás esperando. Siempre te querré, aunque tenga que pasar el resto de mi vida en España. Todos los días doy gracias al cielo por haberte conocido y por que estás ahí, en la distancia, siempre fiel. Estate tranquila, porque solo te quiero a ti, mi ángel salvador.

    Te quiero.

    Nikola.