IV Edición

Alas

Sara Mehrgut, 16 años

                  Colegio Alcazarén (Valladolid)  

A lo lejos el Canal de Castilla y dos palomas que pasean por las ramas desnudas de un roble. Van de un lado a otro, moviendo la cabeza rítmicamente. De pronto, una emprende vuelo. Mis ojos la siguen con deseo de adivinar lo que siente al rasgar el cielo de la tarde con sus alas. Quiero seguirla más allá, pero mis ojos se topan con el marco de la ventana. Acaba de entrar la señorita en el aula.

Ética: me gusta esta asignatura porque te enseña a ser feliz. Y eso es lo único que buscamos a lo largo de la vida.

La clase está debatiendo si el hombre es el culpable de la guerra y el hambre. La mayoría estamos de acuerdo con esa afirmación y las que no lo están, asienten después de que lo razonara la profesora. Poco a poco nos hemos ido sumergiendo en las soluciones de todas las injusticias sociales. Todo el mundo participa, es emocionante ver como un puñado de jóvenes se entusiasmaban ideando la manera de erradicar los problemas de la humanidad. La profesora nos rebate, poniendo todo tipo de peros.

Cuando solo queda un minuto de clase, ella da por zanjada la cuestión diciendo:

-Si hubiera una solución, ya se habría descubierto. Por lo tanto, ninguna de vosotras la va encontrar.

Se marchó como había llegado, silenciosamente.

En el camino de vuelta a casa pensé que tal vez me gusta llevar la contraria, que no me gusta que me corten las alas. En el fondo, es necesario tener fe en uno mismo.