XVI Edición

Curso 2019 - 2020

Alejandro Quintana

Algodón de sangre

María Zygadlo, 14 años

Colegio Entreolivos (Sevilla)

Llegó a casa, cansado después de una dura jornada. Las piernas le temblaban mientras se acercaba a la mesa donde, en una pequeña caja de madera, guardaba las pomadas para curar las heridas que provocaba en sus manos la recogida del algodón. No se le borraba de la cabeza el lamento de los suyos cuando los capataces de los propietarios de la hacienda los azotaban. Aquellos hombres sin conciencia infundían el temor entre los peones, con el fin de que no bajara el ritmo de la producción. 

Bajo el porche había una silla mecedora, por lo que gastó sus últimas fuerzas en llegar a ella. Sintió por unos segundos que el tiempo se le escapaba de las manos cuando la suave brisa que traía consigo la noche le acarició el rostro. Le vinieron de golpe los momentos de felicidad anteriores a aquella desgraciada vida: una hija a la que llevaba años sin ver y su esposa. ¿Cuándo fue la última vez que la sintió en sus brazos? Ni siquiera recordaba el campanilleo de su risa cuando, mientras su hija correteaba por el jardín, tomaban el té.

Un día se lo arrebataron todo. Desde entonces no encontraba sentido a su existencia. 

Rompió a llorar, una vez más. Pero supo que iba a ser la última. Miró a las estrellas, se puso en pie, cogió algunas provisiones y la única forografía que guardaba de aquellos tiempos, y partió con rumbo a un nuevo destino.