XVI Edición
Curso 2019 - 2020
Amigos por el mundo
Santiago Carrera, 13 años
Colegio El Prado (Madrid)
Antes de que yo naciera mis padres se fueron a trabajar a México D.F.. Allí no tenían amigos, tan solo conocían a algunos compañeros de trabajo. Cuando llevaban apenas dos meses en aquel país, una noche sintieron el timbre de la puerta de su casa. Era un hombre, que se presento como su vecino del piso de abajo. Les dijo que se llamaba Pancho y que quería invitarlos a cenar en su casa el viernes siguiente.
No estaban seguros de si sería buena idea aceptar aquella invitación, pero cuando llegó el viernes, como no tenían ningún plan nocturno, decidieron cumplir con su vecino. Entonces descubrieron que Pancho había invitado a otras cuatro parejas del edificio, con el propósito de que se conocieran unos y otros. Todos ellos eran nuevos en la ciudad, estaban recién casados y tenían, más o menos, la misma edad. Dos de los matrimonios eran naturales de México y los otros venían de Colombia. Todos habían comenzado una nueva aventura laboral en aquella inmensa ciudad. La cena y la charla posterior estuvieron muy animadas: nadie quería irse a su piso; fue una maravillosa velada.
Meses después nací yo, y también otros niños, hijos de aquellos jóvenes matrimonios. El tiempo fue pasando. Volvimos a Madrid y los colombianos también retornaron a su país.
Hace un par de años viajé a Israel con mis padres y con algunos de aquellos amigos. A otros los hemos visitado en Miami y Nueva York, y todos ellos han pasado por Madrid para vernos.
Me satisface ver que la amistad perdura, aunque vivamos en diferentes partes del mundo.