XX Edición

Curso 2023 - 2024

Alejandro Quintana

Carpe diem 

Ana María Gil Cózar, 17 años

Colegio Vilavella (Valencia)

Casi sin darme cuenta estamos en la recta final del curso. Cuando vuelva a abrir los ojos me encontraré en la playa o en el pueblo, disfrutando de las vacaciones de verano. Ahora que acabo de terminar los exámenes y ya solo falta un curso y unos meses para despedirme del colegio, siento que todo empieza a tener un sabor entre dulzón y amargo, pues en un abrir y cerrar de ojos me diré: «Ya está; etapa concluida. Hasta aquí ha llegado mi larga trayectoria escolar». Sin embargo, reconozco que aún no estoy preparada para el adiós.

El bachillerato siempre ofrece esta contradicción: es exigente hasta el agobio y, al mismo tiempo, resulta una etapa maravillosa. De un soplo las profesoras nos están colocando la beca y dándonos abrazos, con un «Espero verte pronto» en los labios. Cada compañera de curso tomará un camino distinto; quizás muchas no volvamos a vernos, y eso me asusta y entristece. Es cierto que estoy en primero, así que me queda un año y medio para despedirme de todas ellas, pero el tiempo va tan rápido que será mañana cuando se cierre la puerta del colegio para siempre.

Estos meses he rescatado el legendario carpe diem, que no es una simple locución latina ni una referencia literaria, sino un estilo de vida, una manera de verla, entenderla y afrontarla. Comprendo a tantos escritores que lo han reflejado en sus obras. De hecho, solemos tener la vista clavada en el futuro, lo que nos impide disfrutar del hoy y el ahora. Y aunque sea una contradicción, cuando acabamos una etapa de nuestra vida soñamos con volver atrás para experimentarla de una forma diferente, quizás más completa. El problema es que los días transcurren demasiado rápido y no terminamos de aprovecharlos.

Después de los exámenes finales, un grupo de compañeras nos fuimos a comer a un restaurante. Durante dos horas rebobinamos nuestros días en el colegio entre un montón de risas. Fue un momento muy bonito, en el que nos dimos cuenta de lo maravillosos que han sido los años que llevamos juntas. Y de colofón nos decidimos a aprovechar muy unidas el tiempo que nos quede por compartir.

Me parece que fue ayer cuando volví de las vacaciones de verano para comenzar este curso que está a punto de concluir. Han sido meses llenos de experiencias y primeras despedidas. Sobretodo, ha sido un curso de aprendizaje, porque he aprendido a vivir el momento, he aprendido a amar el presente, he abrazado el carpe diem.