VII Edición

Curso 2010 - 2011

Alejandro Quintana

Cinco pies al gato

Jon Asier Bárcena, 16 años

                Colegio Vizcaya (Bilbao)  

“Piensa mal y acertarás”, es una máximas popular, con la que se está totalmente de acuerdo o absolutamente en contra. Rara vez hay término medio. De hecho, movidos por nuestra vanidad, olvidamos que solemos respetarla inconscientemente a través de nuestros sentidos mediante “las leyes de la percepción”.

Por ejemplo, la de semejanza. Según dicta, dos seres distintos con parecidas características tienden a actuar de igual manera. Por supuesto, estos se escogen arbitrariamente. Por ejemplo, ¿quién duda de que todos los jóvenes somos unos tipejos que sólo ocasionamos problemas? De hecho, si algún día te topas conmigo y adentras tu mano en el bolsillo, en el caso de que notes que te falta la cartera, ni lo dudes: habré sido yo que, por joven, sólo puedo ser ladrón.

Asimismo, la de proximidad se masca en cualquier ambiente. De encontrarse un chico y una chica a solas, suele ser ley natural que acontezca algo que mueve a una rijosa curiosidad. Nuestra certeza es inversamente proporcional a la distancia que los separa aun desconociendo si son hermanos, meros amigos o novios. En el fondo, se nota que todos somos adivinos.

Otra ley es la de de continuidad, por la que solemos unir hechos que acostumbran a sucederse. De esta manera enlazamos pasado, presente y futuro. Si alguien se pone a filosofar o escribir poesía, por ejemplo, está claro que se habrá fumado una buena dosis de marihuana. Y si se pone a hacer el bobo en grado superlativo como si algo externo anulase su sistema de control, por el contrario, es un chaval con personalidad reafirmada que llegará lejos, lo menos al hospital de su barrio por una buena jaqueca.

Por último, está la de contraste, pese a su menor alcance: todo se compara con las metas personales anteriores. Se celebra que quien vaya mal en los estudios suba un par de décimas, como si fuese una gran hazaña. En igual medida, se interpreta la bajada de unas décimas en un alumno de notables o sobresalientes, como augurio de un futuro catastrófico.

¡Ojalá fuésemos menos exagerados en los anteriores casos! ¡Ojalá dejásemos a un lado las tan nombradas suposiciones! ¡Ojalá dejásemos de buscar cinco pies al gato!