XVIII Edición

Curso 2021 - 2022

Alejandro Quintana

Cómo detectar
superhéroes 

Claudia López de la Fuente, 15 años

Colegio Montesclaros (Madrid)

Afirmo que los superhéroes existen. Pueden tener forma de madre, de amigo o de hermano, pero definitivamente existen aunque no sean como los que aparecen en los cómics o en las películas. Los de verdad son mucho más discretos.

Hace un par de años desarrollé una habilidad para detectarlos, cosa que a ellos no les gusta. Lo confieso, aprendí sus patrones y comportamientos para poder identificarlos. Y hoy voy a sacarlos a la luz.

En primer lugar, debemos saber que los superhéroes son seres humanos multitarea. Es decir, son capaces de estar pendientes de todos los amigos del grupo, de los hijos, los padres o los hermanos. A su vez, se alegran por los logros ajenos, y se encargan de mantener la calma cuando aparece un momento de tensión, y de animar el ambiente cuando este se enturbia. No sé cuántas regiones tendrán su cerebro, pero estoy segura de que utilizan el cien por cien de sus neuronas. Mi amiga María es el mejor ejemplo. No lleva capa sino una falda para bailar flamenco. Ella revitaliza nuestra clase de danza con su actitud de superheroína. No sé si son sus anécdotas dignas de aparecer en un cómic, su sonrisa o la forma con la que trata a los demás, llena de cariño, que convierte los ratos que pasamos juntas en auténtica felicidad.

En segundo lugar, los superhéroes siempre son capaces de despertar sonrisas. Lo hacen a partir de pequeños detalles, con comentarios positivo acerca de un nuevo corte de pelo o soltando algún chiste en los momentos necesarios. 

En tercero, siempre dicen la verdad, como mi madre, experta en sinceridad. Practica esta virtud de forma amable, que es lo que hace de ella una persona tan especial. Con un superpoder peculiar, conoce tan bien la vida que, incluso, predice algunos sucesos. También sabe leerme la cara sin necesidad de que le diga una sola palabra, de modo que puede conocer cómo me ha ido el día mediante una mirada. De alguna manera, no solo tiene telepatía sino rayos X para el alma.

En cuarto y último lugar, y no menos importante, los superhéroes se sienten bien con ellos mismos, lo que los psicólogos denominan autoestima, que combinan con un comportamiento totalmente altruista hacia los demás. Cuando está de su mano, hacen lo posible por salvar el mundo mediante la redención de los pequeños universos por los que cada uno de ellos se mueve. Y lo mejor es que no les gusta darlo a conocer. Por eso nos pasan desapercibidos, pues van enmascarados con la humildad.  

Deberíamos cuidarlos un poco más, así como aspirar a ser como ellos, porque… ¿a quién no le gustaría vivir en un mundo repleto de superhéroes? Conseguiríamos que la vida fuese como una novela gráfica con final feliz. Ese escenario me lo imagino como un mundo de generosidad, sonrisas y alegría. Nos preocuparíamos por los más desprotegidos y recibiríamos paladas de amor gratuito. No hace falta tener células kryptonianas para convencerse, solo observar, escuchar y actuar.