XVIII Edición
Curso 2021 - 2022
Contra la rutina
Lucía Mañas, 17 años
Colegio IALE (Valencia)
La placidez de una existencia sin sobresaltos se identifica con la vida idílica que todos aspiramos conseguir, es decir, alcanzar lo que ahora se llama zona de confort, en la que nada nos puede desestabilizar. Sin embargo, ¿existe algo más aburrido que la repetición de un patrón? Como escribió Pablo Cohelo: «Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina: es mortal». La rutina desemboca necesariamente en el aburrimiento, la frustración y el desengaño.
Como alumna de instituto, al pensar en que todas las semanas tengo que cumplir el mismo horario siento que me invade una pesada monotonía. Incluso me resulta arduo encontrar la motivación para superar cada día. Pero toda actividad humana puede verse afectada por la rutina. Pienso en quienes se ocupan de mantener un hogar: cada día hacen las camas, lavan, planchan, cocinan, friegan los platos… sin que su labor les aporte nada extraordinario. También aquellos trabajos que no deberían ser rutinarios porque están más allá de lo común, pueden caer en el mismo ciclo. No en vano, son millares las personas que después de una desbordante alegría por firmar un contrato laboral, no tardan en perder la ilusión y lo ejecutan sin pasión, a la espera desmotivadora de firmar la nómina a final de mes. El resto, es decir, todo lo que engrandece su actividad, les da igual.
Cambiar la vida nos resulta bastante complicado. James Prochaska, profesor de la Universidad de Rhode Island, sostiene que la dificultad reside en que no tenemos una idea correcta de cómo funcionan los cambios. Parece ser que el acto de cambiar es gradual, que no se trata de una acción repentina, por lo que debemos pasar por una serie de fases. Para lograrlo, no deberíamos ser excesivamente estrictos con nosotros mismos, pues la vida está llena de obstáculos que pueden desbaratar nuestros planes.
No está mal, de vez en cuando, dejarse llevar para que la vida nos sorprenda. Creo fundamental el atreverse a experimentar cosas nuevas, dejando atrás el miedo, aunque no sepamos si van a gustarnos o no. Quizá me ha llegado el momento de explorar un barrio nuevo de mi ciudad, conocer otras culturas y viajar a distintos países. He tomado la determinación de evitar decir que no a cualquier propuesta que me hagan mis amigos y familiares. La determinación de salir en busca de oportunidades y de conocer gente nueva.