XI Edición

Curso 2014 - 2015

Alejandro Quintana

Cristianos perseguidos

Melinda Burton, 16 años

                  Colegio Pineda (Barcelona)  

Hay testimonios que te cambian por completo. Basta tener la oportunidad de llegar a ellos, escuchar sin prejuicios y pensar en las consecuencias de lo que estás oyendo. Hay testimonios alegres, divertidos, otros tristes y muy serios, como los que nos presentaron en mi colegio, durante una conferencia acerca de los cristianos perseguidos. Miles de personas sufren a causa de su fe en pleno siglo XXI, cuando parece que los hombres hemos llegado a las cotas más altas de humanidad.

Gente perseguida por su fe, familias rotas, secuestros, torturas, muertes. En definitiva: dolor y sufrimiento.

El Estado Islámico ha decapitado a veintiún cristianos egipcios en Libia. Veintiún personas que han sido, por un día, titular en la prensa del mundo. Millones de personas conocieron la noticia. Unos se escandalizaron y otros optaron por no pensar en lo sucedido. En Egipto se declaró un luto de una semana, después de que los familiares sufrieran el escarnio de ver las imágenes del martirio por internet. No han podido enterrar los cuerpos de sus seres queridos, pero han vivido la separación en primera persona.

Para los españoles fue una noticia muy impactante, pero ante la que muchos permanecemos impasibles, pues ha llegado un punto en el que hemos perdido nuestra sensibilidad. Pensamos que la distancia nos separa de los hechos, como si fuera un justificante para desentendernos de las víctimas.

Pensar en lo que sucede, ser consciente de su gravedad y no quedarnos impasibles es el primer paso. No nos podemos permitir una posición comodona, de espectador al que ni el suceso más trágico logra conmover.

Debemos ser más solidarios al caer en la cuenta de que esos cristianos perseguidos no pueden gozar de esa libertad que creemos que es solo nuestra. ¿Por ser occidentales? ¿Es que puede elegirse el lugar de nacimiento?

Podemos no entender por qué no reniegan de sus creencias, por qué dan la vida por mantenerse firmes en su fe en Dios. El cristianismo nació en Oriente. A pesar de las circunstancias adversas que se les presentan, ellos siguen confiando en Dios.

En la conferencia expusieron también el testimonio de los obispos de Libia. Se les ofrecía poder refugiarse en Roma para así estar a salvo pero ellos decidieron quedarse allí, junto a sus feligreses. Impactante noticia que apenas es conocida entre la gente.

Y es curioso cómo sin darnos cuenta los testimonios nos influyen, por unos momentos podemos mínimamente comprender sus palabras y hacernos sentir partícipes de sus vivencias, ya sean buenas o malas.

Con el testimonio de los cristianos perseguidos me planteé lo siguiente: a veces, cuando te encuentras frente una encrucijada, no se trata de huir a un lugar seguro, para tener las cosas más fáciles, sino de permanecer en el lugar de batalla y elegir quedarte con los tuyos. La segunda opción la escogen muchos cristianos perseguidos cada día, deciden ser valientes.

Y tú, ¿eliges “quedarte”?