IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

¿Cuál es el precio de un niño?

Amiran Bhagwandas Purshotam, 15 años

                Colegio Guaydil (Las Palmas)  

La esperanza es lo único que nos queda para afrontar la cruel pesadilla de la desaparición de niños, un dolor que nos va matando poco a poco.

No se puede imaginar una situación más sangrante que la desaparición de un niño, de un inocente e indefenso cuya única ilusión es vivir, jugar, reír, alcanzar metas, superarse… ¿Qué pasa en España? ¿Qué está pasando en el resto del mundo? ¿Acaso se puede estrangular la felicidad de un niño? Eso ocurre cuando en un viaje, en una playa o mirando un escaparate en un momento de descuido, te das la vuelta y tu hijo ya no está, o cuando le esperas que vuelva del colegio y no regresa. Son situaciones desesperantes. A esos niños, por alguna razón que desconocemos, se los traga la Tierra sin dejar rastro alguno.

La esperanza nunca se pierde, pero cada día que pasa parece que sucumben años de vida para muchas familias. Es lo que más me conmueve, esa sensación de no saber dónde está tu hijo, de pensar que puede estar en cualquier parte sin protección alguna, sometido a la crueldad de un adulto maligno.

Los niños llegan a la vida después de nueve meses para sonreír a la vida que les aguarda. Pero desaparecen sin darnos tiempo a darles lecciones suficientes sobre los riesgos del mundo, para ser fuertes y valientes. Me conmueve el dolor de los familiares, a quienes el miedo les acecha.

Es muy triste contemplar a una familia rota, verla sin un miembro tan querido… Un día cualquiera se lo llevaron sin compasión. Ya no es lo mismo. Nada es igual. Les han quitado de las manos su regalo más preciado.