IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

Diario de una adolescente

Rocio Corts, 15 años

                Colegio Altaviana (Valencia)  

Suena el despertador, el reloj marca las siete de la mañana, qué pereza empezar un nuevo día, mi madre aun no ha aparecido por mi habitación, qué raro, se habrá dormido, me decido a levantarme, pues ya pasan quince minutos de las siete, ayer me acosté tarde, cosa muy común en mí, menos mal que mis padres ya dormían cuando yo decidía la ropa que me pondría al día siguiente, hoy tengo que estar perfecta, en mi clase hay un chico nuevo, Jaime, al que quiero impresionar, aunque no lo tengo muy fácil porque mi amiga Marta ya le ha hechado el ojo.

Me dirijo hacia el baño, no puede ser, el pesado de mi hermano está dentro, son las siete y media de la mañana y mi casa parece un gallinero, mi hermano no quiere salir, yo quiero entrar y mi madre chilla para que no gritemos porque Anita está durmiendo, tras diez minutos de espera, Miguel abre la puerta, no hay nada como una ducha de agua caliente sin que nadie te moleste, pero debo darme prisa y vestirme, Marta me tiene que esperar porque siempre llego tarde por la culpa de Miguel, oh, no puede ser, me viene a la mente el trabajo de Biologia, se me olvidó anoche terminarlo.

La mañana se me ha pasado rápida, la he pasado charla que te charla con Marta y Jaime, al llegar a casa la comida estaba en la mesa, puaj, lentejas, como mi abuela decía, o las tomas o las dejas, y yo las dejo y prefiero no comer, tampoco estoy hambrienta, ya se me pasará, dicen que cuando menos comes menos hambre tienes, con que mejor, cierro la puerta de mi habitación, me tumbo en la cama y me aislo en mi mundo.

Dos horas después llaman a la puerta, es mamá, quiere que arregle el cuarto, que está hecho una pocilga, me pide que recoja a Anita de la guardería y que en veinte minutos apague el horno, hay dentro un pollo para la cena, ella se tiene que ir a trabajar, sí, mamá, lo que tú mandes, y sigo durmiendo, ¿por dónde me había quedado? ah sí, venía el momento en el que Jaime me invitaba a dar un paseo por la Gran Vía, y suena el teléfono, me despierto de mi maravilloso sueño, ¿quién será ahora? no puedo creer lo que ven mis ojos, es Jaime de camino al supermercado debajo de mi casa y me pide que le acompañe.

Pasamos por el pasillo de la carne, Amelia, ¿ tú sabes elegir buena carne? mi madre quiere un pollo entero no muy grande, ¿qué te parece éste?, oh no, lo que sí sé es que mi madre me va a matar, son las siete de la tarde, Anita aun está en la guardería, el pollo hace media hora que lo tenía que haber apagado y mi habitación sigue hecha un desastre.

Como consecuencia de lo de ayer estoy castigada sábado y domingo, me entero de que Jaime mañana celebra una fiesta en su casa, va a ir la gente más cool de Valencia, necesito ir a esa fiesta, es viernes y aun me quedan unas horas para convencer a mamá, pero hay un problema más gordo que debo solucionar, necesito estar estupenda y no tengo ropa adecuada, será cuestión de pedirle dinero a mi padre.