XVIII Edición

Curso 2021 - 2022

Alejandro Quintana

Dos titanes
sobre ruedas 

Antonio Chamorro, 14 años

Colegio Mulhacén, Granada

Como si de una película se tratase, la pasada temporada prometía ser espectacular por la competencia entre los dos mejores pilotos de Fórmula 1 del mundo: Lewis Hamilton (británico, de la escudería Mercedes) y Max Verstappen (holandés, del equipo Red Bull). Es decir, el conductor tranquilo contra el agresivo; la leyenda contra el aspirante. Esta rivalidad prometía un gran espectáculo con los ingredientes necesarios para cautivar a todos los públicos. 

El reto empezó en pretemporada, en el circuito de Bahréin: un cambio en la regulación de los coches consiguió equilibrar los equipos, después del aplastante dominio de la escudería Mercedes en las manos de su siete veces campeón del mundo, Lewis Hamilton. Entonces el equipo Red Bull aumentó su velocidad para, al fin, plantarle cara al Mercedes, gracias a la conducción de Max Verstappen. 

La primera carrera del año la ganó Lewis Hamilton. Apuntaba otra temporada de dominio por parte del piloto inglés, hasta que Max Verstappen ganó la segunda carrera, en Imola, en una intensa pelea entre los dos pilotos. Aquella fue la primera de las muchas batallas en pista que mantuvieron durante la temporada.

Hamilton encadenó una racha de dos victorias consecutivas en Portugal y en España, a lo que respondió Verstappen con una magnífica racha de cuatro victorias consecutivas. Gracias a él, Red Bull consiguió liderar el mundial.

A mitad de la temporada se respiraba tensión entre los dos equipos, a causa de los numerosos encontronazos en la pista. Pero llegó Gran Bretaña, donde ocurrió lo que iba a marcar un antes y un después en la rivalidad entre ambos conductores.

El juez de pista apagó las luces de salida y dio comienzo la carrera. Hamilton y Verstappen pisaron el acelerador a fondo. Se disputaban la primera posición cuando, al llegar a una curva muy cerrada, el piloto inglés apenas dejó espacio a su rival. Verstappen impactó contra Hamilton, perdiendo el control de su vehículo, que, tras golpearse contra las protecciones, se quedó fuera de carrera. La competición deportiva se había convertido en una batalla personal entre ambos pilotos, una lucha que iba a durar hasta el final de la temporada.

Las siguientes carreras fueron una sucesión de victorias, tanto para el inglés como para el holandés: tres se llevó Verstappen y cuatro Hamilton. Merece la pena describir lo que sucedió en Italia: cuando Verstappen salía de boxes tras su primera parada, se emparejó rueda con rueda con Hamilton. En la primera curva intentó adelantarle por el interior de manera un tanto agresiva y Hamilton le cerró el paso. Ambos chocaron y el bólido de Verstappen quedó sobre el de Hamilton, ambos en la grava y fuera de la carrera. Aunque las polémicas y las bravuconadas continuaron en las siguientes competiciones, esta vez no llegaron a mayores.

Abu Dabi fue la última cita. Estaban empatados a 369,5 puntos, así que ese día se decidió el campeonato. Quien llegara primero iba a ser el nuevo campeón del mundo. Y en caso de que ninguno de los dos puntuara, Verstappen ocuparía el primer lugar del podio por coleccionar más victorias que Hamilton.

Se apagaron las luces de salida. Verstappen se encontraba en la primera posición de salida, pero enseguida Hamilton le adelantó. La carrera se mantuvo tranquila, sin muchos adelantamientos. Hamilton iba alejándose de Verstappen, pero se detuvo en boxes para cambiar de neumáticos. A la salida coincidió con el mexicano Sergio Pérez, de la escudería Red Bull. Pérez tenía encomendado mantener al rival por detrás de su alerón, para que perdiese tiempo con Verstappen, que necesitaba ganar los doce segundos que le separaban de Hamilton, misión que cumplió con eficacia. Pero Hamilton aumentó de ritmo para alejarse del holandés. Cuando todo parecía perdido para el holandés, a cinco vueltas de la línea de llegada, el piloto del equipo Williams, Nicolás Latifi, impactó contra las protecciones, dejando una lluvia de fibra de carbono sobre la pista, lo que obligó a los comisarios a sacar el coche de seguridad mientras Verstappen cambiaba en boxes las ruedas con las que, al fin, condujo más rápido que Hamilton.

Verstappen y Hamilton se prepararon para la última vuelta al circuito. En la curva cuatro se dieron rueda con rueda. El holandés, sin pensárselo dos veces, atacó al británico por el interior, adelantándolo. La victoria de la carrera y del mundial estaba sentenciada a favor de Verstappen tras aquel final de infarto.

Hay polémica, claro: que si el coche seguridad entró tarde en la pista, que si Verstappen fue demasiado agresivo (no solo en Abu Dabi sino durante toda la temporada), que si a Hamilton le había fallado la suerte… Todo eso ya no importa: Verstappen fue campeón de una de las mejores temporadas de Fórmula 1 de la Historia.