XI Edición

Curso 2014 - 2015

Alejandro Quintana

El aula

Carla Sofía García Garmendia, 16 años

                 Colegio Sierra Blanca (Málaga)  

El aula, cuando se queda vacía, murmura a causa de todos los grupos de personas que han pasado por ella.

Los armarios se han convertido en un libro más, con pintadas que añoran viejos tiempos. Las ventanas, puertas de la nostalgia, han observado todas las travesuras y dibujos que se han garabateado en la gastada pizarra.

El servicio de las estanterías, con sus cinco brazos, ha disminuido con el paso de los años. Las alargadas lámparas son ahora testigos silenciosos, pues han ido cayendo una tras otra. Eso sí; dudan si contar algún día todo lo que han visto.

Las mesas son los soldados de en ese pequeño mundo. Con sus muescas de guerra, se preparan para su última batalla: levantar una barricada delante de la puerta, para tratar de impedir que los alumnos continúen con su maltrato y desconsideración.

El suelo se queja de todos los pisotones acumulados, sobre todo, por parte de los zapatos manchados de barro. En ocasiones apenas se ve el pavimento, pues se encuentra repleto de mochilas, papeles, libros, jerséis… También es difícil saber cuál fue su color original, pues la suciedad ha ido formando cierto relieve. Podría alzarse para comerse a los malhechores estudiantes.

La más sufrida es la puerta: cuántas veces han pasado por ella profesoras y alumnas.

Temed el día en el que el aula se vengue y nadie pueda salir de ella.