VII Edición

Curso 2010 - 2011

Alejandro Quintana

El baile

Juncal Urraca, 16 años

                Colegio Vizcaya (Bilbao)  

Todo parecía perfecto. El techo del gimnasio parecía un cielo del que colgara una preciosa estrella repleta de destellos. El chico encargado de la música estaba en lo alto de una plataforma de la que sobresalía un micrófono que esperaba que el director anunciara al rey y a la reina del baile.

Todo el mundo bailaba, unos agarrados y otros en pandilla, en el centro de la pista. Daba gusto estar allí. Los alumnos vestían traje de gala y habían decido que -por una noche- los problemas no existirían. Pero, en una esquina del gimnasio, Alexander se había sentado, serio y sin ganas de bailar. Sólo deseaba que la noche se acabara, pues los días anteriores lo había pasado muy mal, ya que no se había atrevido a pedirle a la chica que le gustaba que fuese con el a la fiesta y otro chico se le había adelantado.

Todo cambió cuando, de repente, como si le hubiesen leído la mente y ante la atenta mirada de sus compañeros, ella entró por la puerta del gimnasio con un precioso vestido blanco ajustado en la cintura y de falda suelta. Llevaba el pelo sujeto en un moño entreverado de diminutas flores.

Para sorpresa de Alexander, ella iba sola.

Sandra se fijó en el muchacho, le miro, le sonrió y éste reacciono: se acercó a ella y le pidió bailar.