XI Edición

El camino del Cielo

Carmen Toledano, 14 años

                 Colegio Guadalimar (Jaén)  

Un día de difuntos, asando castañas al calor del hogar, recordé con mi bisabuela a todas las personas que ya no estaban entre nosotros. Fue entonces cuando le dije que esperaba el día que nos encontrásemos todos en el Cielo.

-No, en el Cielo, no –me contestó.

Me contó que tuvo la desgracia de perder a su madre cuando tenía seis años.

-Siempre me dijeron que ella se había ido a un lugar mejor, el Cielo. Por eso, cada tarde buscaba el árbol más alto, trepaba por él y gritaba con todas sus fuerzas: <<¡Mamá, si estás ahí, contéstame!>>, convencida de que, con lo mucho que me quiso, me contestaría.

…Pasaron los días y seguí buscando un árbol cada vez más alto para llamarla. Un atardecer, al fin, encontré un chopo altísimo. Trepé esperanzada. Una vez arriba, alcé la mano, segura de que podría tocar el cielo. La llamé de nuevo, pero no obtuve repuesta. Desde ese momento quedó grabado en mi corazón decepcionado que mi madre no estaba en ninguna parte.

Un año después de que mi abuela me contara esta historia, falleció.

Tengo el convencimiento de que, cuando su alma estuviese preparada, mi bisabuela saldría a su encuentro para atravesar, las dos juntas, las puertas del Paraíso.