XX Edición

“El error hace al maestro” 

Ana María Gil Cózar, 16 años

Colegio Vilavella (Valencia)

Después de enviar dos artículos más al corrector de Excelencia Literaria para que los subiera a la página web, se me vino el mundo encima cuando recibí la corrección. Ambos tenían muchos fallos, y por ello no se podían publicar. Las correcciones eran entendibles y justas, pero al haber puesto todo mi empeño en cada uno de ellos, me sentó realmente mal darme cuenta de que no eran buenos.

Casi con lágrimas en los ojos me resigné y pensé en no volver a intentarlo. Ya no tenía más ideas y tampoco ganas de seguir concursando. Había sido suficiente. Pero después de pensarlo, me di cuenta de que no debo rendirme. Cuando uno se cae, debe levantarse. Es en esa decisión donde se comprueba el interés por los proyectos con los que soñamos, las ganas de aprender y de mejorar.

En repetidas ocasiones he escuchado aquello de que “la práctica hace al maestro”, pero habría que corregir el dicho por “el error hace al maestro”. Cuando uno se equivoca puede rectificar para perfeccionar lo que tenga entre manos, pero si nunca se recibe una corrección le será imposible avanzar, lo que significa quedarse estancado.

A lo largo de mi vida me he quedado muchas veces a las puertas de lograr algo que me ilusionaba. Me presentaba a un concurso, pasaba la primera prueba con éxito e iba avanzando, al tiempo que me convencía de que iba a triunfar en la competición. Sin embargo, cuántas veces se ha repetido la misma circunstancia (no acabo de entender como aún no me acostumbrado), me refiero a que, al llegar a la última fase del concurso pienso que, quizás, lo puedo lograr, pero no tardo en recibir la noticia de que no he conseguido el ansiado premio. Por costumbre, sobrellevo la situación con humor, pues la vida es demasiado corta para vivirla enfadado.

Este es el motivo por el que lo vuelvo a intentar con Excelencia Literaria: de nuevo me siento frente al ordenador y trato de escribir algo que transmita emociones a quién pueda leerme. ¿Conseguiré publicar este artículo? No me olvido de que “el error hace al maestro”.

La vida no consiste en coleccionar méritos, sino en aprender para mejorar. Si tropezamos, volveremos a intentarlo. Así, tarde o temprano, llegaremos a la meta. Eso sí, esta vez espero que sean muchos los que me lean.