IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

El jardín de piedra

Iñigo López de Ilarraza, 14 años

              Colegio Vizcaya  

Estoy aquí, solo, en el mismo jardín de siempre. Escucho el incesante murmullo del río y la lluvia salpica mi cuerpo pétreo que, año tras año, ha ido cubriéndose de un molesto liquen amarillento. Sin embargo, no siento siquiera la humedad. Mi cuerpo, aletargado por el paso de los años, trata de moverse pero no puede. Nunca lo conseguiré, aunque pase una eternidad.

Mis ojos sin vida contemplan el lúgubre escenario que me rodea con la esperanza de algún día pueda expresar una emoción, un solo sentimiento. Una bella silueta se adentra en el jardín hasta llegar ante mí. Sé quien sois…Os amo, mi bella dama. Sois mortal y algún día yaceréis en este cementerio. Mas os amaré hasta el final de los tiempos… Me gustaría desplegar mis marmóreos labios y decíroslo, pero algo me lo impide… La lluvia cae sobre vuestro cuerpo… Tembláis de frío, mas no temáis, yo os serviré de cobijo. No os preocupéis por mí, pues no siento nada… Ni la lluvia, ni el frío, ni el calor…Ésta pétrea coraza carcomida por el tiempo me protege de todo, mas no es lo suficientemente fuerte para impedir mi amor por vos. Venid aquí, otra noche más, a deleitarme con vuestra presencia…

Jadeante, corréis hacia mí. ¿Qué os pasa? Vuestros brazos me rodean. La lluvia cae sobre vuestras lágrimas y vuestros ojos miran al vacío sin expresión alguna… Mis ojos divisan otra figura…¿Qué sostiene en la mano? Mi bella dama, estáis temblando…Por favor, no lloréis más…¿No os basta con el juramento de mi amor...? El hombre se acerca…Me miráis a los ojos con gesto de misericordia… Podría sumergirme en los vuestros durante siglos…El hombre os zarandea bruscamente. ¡Soltadle! Mi coraza de piedra no se rompe, mis intentos de detenerlo son vanos…La mano del hombre se desliza por vuestro pelo color azabache…¿Qué es lo que sostiene...? Destella el filo de una daga que se hunde en vuestro cuello. Un líquido rojizo brota de vos y mancha mis pies…Vuestros ojos me miran sin vida…Estas son mis últimas palabras…Palabras que nunca serán escuchadas y quedarán en el olvido…Ya nada tiene sentido…

Mi coraza se ha roto…De mis ojos brotan lágrimas…De mi pecho estallan alaridos de dolor…Pero ya no sirve de nada…Vuestra sangre mancha mis manos…Os abrazo…Nuestros cuerpos se vuelven rígidos…Otra vez esta sensación…Pero esta vez con vos…Abrazados…Cubiertos por el liquen durante toda la eternidad…