XX Edición

El libro indicado 

Xiomara Mercado, 16 años

Colegio Santa Margarita (Lima, Perú)

Leer no es una actividad escolar, para mí es una aventura, la puerta que me lleva a mundos fascinantes mediante historias que me atrapan. Son tramas vividas por personajes que se vuelven tan cercanos que los hago míos. No hay nada como sentir el aroma de las páginas de un libro y dejarse llevar por su narración. 

Mi gusto por la lectura nació en primaria. Mis padres me llevaban junto a mi hermano a visitar librerías. En una de ellas conocí la saga de Harry Potter, novelas que me hicieron intuir todo lo que me espera en los libros.

Desde aquel momento descubrí nuevas historias, como “Los juegos del Hambre” y “Los siete maridos de Evelyn Hugo”, unas de mis novelas favoritas. Siempre leo algo nuevo antes de irme a dormir, a pesar de los exámenes o las tareas del colegio, porque no hay nada que me haga renunciar a está pasión.

En los libros encuentro mi refugio, en donde puedo escapar de la rutina, sentirme libre y experimentar los azares de los protagonistas como si fuera míos. Esta es una de las razones por las que amo leer: poder conocer diversas realidades sin tener que moverme. Por ejemplo, “Orgullo y Prejuicio”, de Jane Eyre, me transportó a la Inglaterra de inicios del siglo XIX. 

La lectura también me ha ayudado a conocerme mejor: descubrí mi interés por la mitología griega gracias a Percy Jackson; mi fascinación por el cielo nocturno y sus astros, a raíz de la novela “Hasta que nos quedemos sin estrellas”; lo que quiero estudiar en la Universidad (biología molecular), gracias a títulos que me alentaron la curiosidad por la investigación de enfermedades crónicas y sus posibles curas biológicas.

Aunque han pasado varios años desde que descubrí mi gusto por la lectura, no he dejado atrás las visitas a las librerías. Cada vez que por la calle paso por delante de un escaparate, entro a la tienda aunque solo sea para leer la contraportada de las novedades, curiosear las cubiertas y añadir títulos nuevos a mi lista de lecturas pendientes. Recuerdo que cuando llegó la pandemia, esta fue una de las actividades que más extrañé.

En esta sociedad que avanza de manera apresurada, es importante encontrar el libro indicado para cada uno de nosotros y detenerse, al menos una vez al día, a disfrutarlo. No me olvido de aquel que me marcó el camino hacia el mundo de las palabras, aquel primer Harry Potter con el que dio inicio esta maravillosa realidad.