XI Edición
Curso 2014 - 2015
El mejor amigo del hombre
Elena Martín-Hidalgo, 16 años
Colegio Grazalema (El Puerto de Santamaría)
Iba caminando por la acera de enfrente de mi casa, escuchando música y pensando en mis cosas, cuando me topé con un perro labrador color chocolate. Estaba tumbado debajo de un banco y estaba sucio, con algunas heridas en el hocico y en el torso. Llevaba puesto un collar con su nombre: Polo. Pensé que lo habían abandonado.
Llevo soñando con tener un perro desde muy pequeña. Por eso, que haya gente capaz de abandonar a aquellos que, durante un tiempo, han formado parte de su hogar, me entristece. Antes de tomar la decisión de comprar una mascota hay que plantearse las responsabilidades que conlleva, para decidir si uno puede o quiere asumirlas.
Los perros necesitan parte del tiempo de su dueño e implican un gasto económico (veterinario, comida, jabones…).
Tal vez los padres no deberían acceder tan fácilmente al capricho de sus hijos cuando les piden una mascota, pues los niños se cansan pronto de cuidarla, dejándola a cargo de los mayores, que en muchos casos deciden abandonarla.
Se dice que un perro es el mejor amigo del hombre. Me parece que es exagerado, aunque la lástima es que no sea al revés. Quiero decir que todos responderíamos con un “no” categórico si nos preguntaran: <<¿Te cansarías alguna vez de cuidar de un amigo?>>, no así a <<¿Te cansarías alguna vez de cuidar a tu perro?>>.
En cuanto a Polo, lo recogí y lo llevé al veterinario. Ahora vive en casa. Lo saco a pasear todos los días y siempre que salgo a correr, viene conmigo. Mi sueño de tener un perro se ha cumplido al fin, ¡y de la forma menos esperada!