XI Edición

Curso 2014 - 2015

Alejandro Quintana

El Octavo Arte

Eduardo Sanz Campoy, 16 años

                 Colegio Mulhacén (Granada)  

Desde que se inventaron, allá por finales de los años sesenta, los videojuegos suscitan polémica. Estigmatizados, la mayoría de la gente los ve como un entretenimiento para niños y para personas con gustos excéntricos, a lo que se suma la controversia sobre la violencia extrema de muchas de sus tramas, de las que el jugador se hace partícipe como si fuera un personaje más. Por no hablar de la supuesta adicción que generan…

No obstante, la industria del videojuego tiene un volumen de ingresos equiparable a la del cine. Además, su diseño (programación, guion, calidad de imágenes, sonido, música…) convierte a algunos de sus títulos en auténticas obras de arte.

A diferencia de las películas, que solo ofrecen una experiencia audiovisual, el videojuego involucra al jugador, otorgándole la posibilidad de interaccionar con la trama.

A pesar de que muchos creen que el arte es una capacidad exclusiva de un solo individuo, en el videojuego nos encontramos ante la labor conjunta de todo un equipo que, en títulos míticos, han conseguido auténticas obras maestras. Un ejemplo es la saga “Metal Gear”, con personajes complejos y maduros dentro de una intrincada trama de espionaje. Otro, “Dark Souls”, que nos conduce a un impresionante lugar de fantasía sumido en la oscuridad. Por no hablar de “Kingdom Hearts”, que recorre magistralmente los diferentes mundos de Disney, sin que sea un juego infantil.

Puede que no se supere la mala fama del videojuego mientras sean los de contenido bélico, futbolístico y de violencia deliberada los más vendidos.