VIII Edición

Curso 2011 - 2012

Alejandro Quintana

El valor de la autoestima

Esther Vida, 17 años

                  Colegio Guadalimar (Jaén)  

¿Cuántas veces pensamos que lo que hacemos no sirve para nada? ¿Cuántas veces dejamos de hacer algo creyendo que nuestros actos no tienen ninguna importancia e influencia en los demás?

En muchas ocasiones no nos damos cuenta de la repercusión que nuestras obras puedan tener. Una decisión, el papel desempeñado por una persona, puede cambiar el rumbo de las cosas, puede influir en el mundo entero.

Existen numerosos ejemplos a lo largo de la historia, personajes que han influido tanto positiva como negativamente en la humanidad.

Mohandas Karamchand Ghandi, fue un indio que abandonó su posición acomodada para trasladarse a Sudáfrica, donde se dedicó a defender a los inmigrantes de su país. Sus campañas no consistían en protestas violentas, sino en sentadas, encierros, huelgas de hambre… que le llevaron a prisión en diecisiete ocasiones. Murió asesinado mientras pronunciaba un discurso en Nueva Delhi.

Adolf Hitler se convirtió en el máximo dirigente del partido Nazi, y sustituyó una democracia parlamentaria por una dictadura férrea. Condujo al mundo a la Segunda Guerra Mundial, y su desprecio por las razas que consideraba menores (judíos, eslavos, gitanos y latinos) justificó el exterminio de seis millones de personas en los campos de concentración.

La vida de Ghandi y la de Hitler son dos buenos ejemplos de cómo un solo personaje puede cambiar radicalmente la Historia, para bien en el caso de Ghandi, para mal en el caso de Hitler.

Por eso no debemos nunca subestimarnos, tener la sensación de que no podemos cambiar las cosas. ¿Qué hubiera sucedido si Ghandi se hubiera dado por vencido? Su actuación significó un gran avance para los derechos de los indios, para la independencia de ese gran país.

En todo caso, no necesitamos ser personajes conocidos mundialmente para realizar labores importantes. Cada uno de nosotros, en nuestro lugar de residencia y trabajo, podemos incidir en la sociedad, hacer algo único e irrepetible: el médico salvando vidas, el arquitecto construyendo edificos seguros, el profesor enseñando a los más pequeños…

Así que tú y yo, individualmente, podemos cambiar el mundo.