XI Edición

Curso 2014 - 2015

Alejandro Quintana

En dónde estás

Amaya Senciales, 15 años

                  Colegio Sierra Blanca (Málaga)  

Lo descubrí por casualidad, en una tarde de aburrimiento. Se sentaba en el columpio, meciéndose, su figura enmarcada contra el atardecer. Miró en mi dirección y quise pensar que se había fijado en mí. Nunca había visto a nadie parecido, por lo que me causó una gran impresión. Tenía que conocerlo. Sin embargo, cuando iba a dirigirme a él, se marchó sin dedicarme una nueva mirada, dejando un brillo extraño en el ambiente. Y así ocurrió en las siguientes tardes.

Seguí su halo por todas partes. Su halo… porque no se podría llamar de otra forma, pues era la única huella que dejaba. Desaparecía sin que yo supiera a dónde se había ido, dejándome como perdida en mitad del bullicio de la ciudad. Pero me empeñé y echaba a caminar persiguiendo su sombra, un atisbo de su mirada, una sonrisa, un guiño, una palabra. Me conformaba con lo mínimo; un mero ademán me daba ilusiones para vivir durante semanas.

Hasta que aquel breve encuentro ya no me fue suficiente. No quería sueños, quería realidad. Al menos, un pedazo de ella.

Salí en su busca, tratando de que no se advirtiera mi presencia, pues mi timidez no me permitiría darme a conocer. Como siempre, traté de mimetizarme con el ambiente, como una espía, aunque esperaba que fuesen sus ojos los que me descubrieran entre la multitud. Estuve cerca… Cuando por fin lo encontré, me di cuenta de que su rostro estaba cubierto de letras.

Poco a poco se fue disolviendo ante mis ojos hasta transformarse en un folio cuajado de palabras.

Al fin me había topado con mi primer relato.