XIII Edición
Curso 2016 - 2017
¿Está todo inventado?
Camino Yanguas, 15 años
Colegio Grazalema (El Puerto de Santamaría)
Desde hace algún tiempo, me llama la atención una afirmación bastante extendida: «Ya está todo inventado». La verdad es que nunca me había parado a pensarlo, pero empecé a reflexionar sobre ello y me he dado cuenta de que mi opinión difiere de la de la mayoría: no creo que se haya inventado todavía lo que ha de satisfacer todas las necesidades del hombre de hoy ni del mañana. Es más, pienso que cuanto más años pasen, más necesidades tendremos que cubrir.
¿A nadie se le ha ocurrido inventar algo que nos permita encontrar las cosas en un segundo? Tal vez una especie de aplicación en la que se introduzca el nombre del objeto perdido y, al instante, se active una alarma en el lugar donde su propietario lo dejó. Esta idea, pensada por una amiga, ahorraría a las personas mucho tiempo —aparte de reducir considerablemente sus niveles de estrés—.
¿Quién habría imaginado hace cincuenta años que existirían los móviles, las Apps, el Whatsapp o el Instagram? Y sin embargo, qué normal vemos ahora todo esto. Lo que en el pasado era lo común —no disponer de smartphones ni de dispositivos con las últimas innovaciones tecnológicas—, se ha convertido en algo poco habitual.
¿Cómo vamos a pensar ahora, en 2017, en los productos que surgirán a partir de nuevas tecnologías aún por desarrollar? ¿Qué cosas necesitarán los que viajen a otros planetas? ¿Descubriremos por fin una ropa que no haya que planchar?
Charles. H. Duell afirmó hace más de un siglo que «Todo lo que puede ser inventado, ha sido inventado». Yo creo que siempre se le puede dar una vuelta a las cosas y el tiempo me ha dado la razón: parece que Duell se olvidó de la creatividad de las generaciones que le sucederían, y que convertirían el siglo XX en el de mayores avances en múltiples campos. Y en el XXI se sigue innovando en la misma proporción. Por eso me resulta especialmente grato pensar que queda mucho por inventar y muchos inventores por nacer.