IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

Felicidad entre muchos
problemas

Rosario Fuster, 15 años

                Colegio Altaviana (Valencia)  

En julio de 2007 visité Argentina, mi país.

Los primeros días viajé en autobús. Durante el recorrido comprobé la pobreza de la que hablan todos los argentinos: mucha gente vive en casas a medio hacer, en las que se hacinan familias enteras y hasta treinta personas juntas. Muchos habitaban en un lugar sin techo y las cuerdas de la ropa era lo que más resaltaba. Las paredes sin lucir. Lo que más me llamó la atención fue las caras de los niños: a pesar de todo, conservaban una expresión de felicidad. A pesar de que su situación era muy mala, sonreían.

Durante aquel viaje también fui a la iglesia, donde observé cómo vestía la gente: mientras que en España lucimos en misa nuestras mejores galas, en Argentina acuden en chándal. Pero me di cuenta de que aquellos ropajes deportivos eran lo mejor que tenían.

Aunque muchos españoles cuando visitan Argentina dicen que les han tratado de maravilla y que todo es muy bonito, creo que no les enseñan la auténtica cara del país: ratas, cucarachas, enfermedades, falta de alimentación, escasez de energía… Te pueden multar si utilizas más de un radiador en el hogar. Así se encuentra mi querida patria.

Tuve la sensación de que, durante el día Argentina se pone una máscara para ocultar la realidad. Es de noche, cuando nadie mira, el momento de mostrar su verdadero aspecto. Así como en España puedes pasear por la calle sin preocupaciones, allí siempre tienes presente la delincuencia, que comienza en los rateros y culmina en muchos políticos.

Uno de los días que pasé en Buenos Aires vi nevar. A simple vista no parece gran cosa, pero para la capital, donde habían pasado más de ochenta años sin que nevara, fue todo un acontecimiento. Los transeúntes se detenían un instante y sonreía mirando los copos. Otros, desde los balcones, sacaban fotos. Incluso, un policía tomó un teléfono móvil para capturar ese instante y recordarlo el resto de su vida. A pesar de que hacía un frío que helaba hasta los huesos, la nieve hizo que Argentina mostrara esa sonrisa que había perdido.