VIII Edición

Curso 2011 - 2012

Alejandro Quintana

Gente culta

Roser Martí, 17 años

                  Colegio Vilavella (Valencia)  

Tiempo antes de nuestro nacimiento, muchas de las decisiones que marcarán el futuro ya están tomadas. No pensamos que ir a la escuela, por ejemplo, es un privilegio, y tomamos como algo establecido -no solo por la ley- pasar al Instituto sin pensar las razones de este cambio. Es más, muchos de los jóvenes adquirimos como objetivo vital no premeditado pasar por la Universidad, estudiar una única carrera y no fomentar otros tipos de saberes.

Este tipo de personas siguen durante más de veinte años un sendero escrito de antemano sin saber por qué. Además, se consideran intelectuales, personas cultas, incluso se creen eminentes frente al resto de la juventud por el hecho de poseer conocimientos especializados en una sola materia.

El término “cultura” debería considerarse análogo al paso del tiempo, pues en su origen hacía referencia a un proceso de mejora. Más tarde pasó a vincularse con el refinamiento de lo individual y, luego, al logro de las aspiraciones o ideales nacionales. Este cambio en el sentido de la “cultura” hace que en cada persona adquiera un significado diferente. Para mí es un camino que asciende la montaña del conocimiento a partir de los saberes alcanzados por el hombre.

Por tanto, ¿son verdaderamente cultos aquellos que cultivan un solo saber? ¿Dónde están aquellos sabios poseedores de conocimientos de toda índole, capaces de sentirse libres ante todos los saberes? Estas cuestiones sin respuesta aparente no son las que se deberían formular. La pregunta indicada es: ¿por qué yo no soy una de ellas?