IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

Joven y con ideales

Judit Borrell, 15 años

                 Colegio La Vall (Barcelona)  

Aquella cantante explosiva, aquel actor tan guapo... Qué es más importante: ¿el cuerpo o el alma? ¿Ser guapo o ser bueno? Los jóvenes tenemos muchas dudas. Nos lo preguntamos todo, nos lo cuestionamos una y otra vez sin obtener, a menudo, la respuesta. En ocasiones nos ciega la luz y no damos importancia a las cualidades humanas y espirituales y preferimos la belleza pasajera antes que la generosidad o la fortaleza. “No es mi culpa, es el ambiente”, se justificarán muchos. Pero, ¿quién forma ese ambiente? ¡Todos nosotros!

Superficialidad y materialismo definen a la juventud actual. Las ganas de fiesta, de salir, de probar nuevas experiencias. ¿Dónde dejamos la humildad, la obediencia, la alegría o el ejemplo? ¿Cuál de tantas celebridades del mundo del espectáculo nos muestra estos ideales? Querer ayudar a los demás, la audacia, el optimismo, la castidad, la elegancia, la rectitud, el esfuerzo, el empeño, la fidelidad, la constancia, la sinceridad, la honradez... ¿Quién de ellos refleja estas cualidades? ¿Quién hace de espejo para que podamos reflejarnos en él? Pocos de los muchos iconos que veneramos son realmente ejemplares.

¿Qué líderes nos plantean los medios de comunicación más influyentes? Muchos son los personajes mal educados de las series televisivas, esos que hacen de su trabajo interpretativo una burla constante del amor entre marido y mujer como el de novios. También están los programas de actualidad (repletos de asesinos y violadores), los realitys (a los que acude buena parte de la escoria social), las películas... Sin ánimo de ofender a nadie: no son héroes sino “puntilleros de virtudes”. Nos hacen creer una realidad inexistente, inculcándonos que ser infiel es divertido y normal, o nos dan ánimos para ser orgullosos y desobedientes, y no impulsan por caminos de rebeldía paniaguada y materialismo.

Los jóvenes tenemos necesidad de grandes héroes, pero de héroes de verdad. Necesitamos líderes positivos, esos que mejoran el mundo, que con su ejemplo nos ayudan a mejorar cada día. Pienso que debemos dejar de buscarlos en la televisión o en las revistas. Los tenemos cerca: disponemos de espejos de enormes virtudes en casa, en el colegio, en la calle... Disfrutamos de unas madres maravillosas en las que destaco su generosidad, rectitud, empeño y constancia para ser buenas madres, fidelidad con nuestro padre, optimismo, talento, grandeza... También nuestros padres están repletos de heroísmo, esfuerzo, inteligencia, exigencia, sencillez, madurez, humildad... Muchas amigas me aportan alegría, diversión, simpatía, amabilidad, naturalidad, compañía, escucha... De todos y cada uno podemos destacar más de una cualidad y podemos tenerles de modelo para que sus acciones repercutan en las nuestras.