IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

Jóvenes al poder

Marta Ortiz,16 años

                  Colegio La Vall (Barcelona)  

El otro día me senté unos minutos ante la serie de Antena 3 "Física y Química". Reconozco que al principio me resultó atractiva, ya que los protagonistas son jóvenes de instituto, como yo, pero no tardé en llevarme una desagradable sorpresa al ver que la trama giraba alrededor de una fiesta en la que esos actores que pretenden representarnos se emborrachaban, fumaban marihuana y daban vueltas y más vueltas a una forma irresponsable de vivir el sexo. Me invadió una sensación de tristeza: la juventud, etapa de los sueños, el idealismo, los grandes proyectos, las amistades verdaderas... reducida a una noche de drogas, alcohol y sexo sin control.

Me pregunto cómo pueden las series juveniles hacernos creer que la adolescencia es ese cúmulo de desatinos. ¿Es así la juventud actual? ¿No será que nos quieren convertir a ese modo de vida? ¿Por qué insisten en que conozcamos ese sórdido mundo tan explícitamente? La sociedad y en especial los adolescentes sufrimos una árida ausencia de modelos a los que seguir.

La adolescencia es la etapa en la que te forjas y empiezas a convertirte en el hombre o la mujer que un día llegarás a ser. Por eso te fijas en los demás y haces lo posible por seguir la moda, siempre al acecho de todo lo que pasa a tu alrededor. Pero es triste e injusto que miles de jóvenes estén bebiendo únicamente de esa fuente que emana tantos comportamientos reprobables.

¿Es que no somos más los jóvenes que lo pasamos en grande sin necesidad de rebajarnos a actitudes semidelictivas? Tenemos sueños de felicidad e ideales muy lejanos a los que representa “Física y química”. Pero necesitamos modelos, personas ejemplares a las que imitar lejos de esta peligrosa adoración al alcohol, las drogas o el sexo, a la irresponsabilidad en suma.

Sabemos que hacer felices a los demás, el esfuerzo por metas que de verdad merezcan la pena, el amor limpio y comprometido sí que dan la felicidad verdadera.