XX Edición
Curso 2023 - 2024
La crisis de los veinte
Sofía María Pizarro, 17 años
Centro Zalima (Córdoba)
Estamos acostumbrados a escuchar aquello de “la crisis de los treinta” y “la crisis de los cuarenta”. También, que los treinta años son los “nuevos veinte”. Pero todavía no he oído hablar acerca de “la crisis de los veinte”, porque se asume que los jóvenes ¬–que estamos en la flor de la vida– no tenemos por qué temer al paso del tiempo ni al futuro.
Sin embargo, en estos meses próximos a mis comienzos en la Universidad, cuando voy a cumplir la mayoría de edad, siento nostalgia e ilusión a partes iguales. Me encanta imaginar lo que podrá ser mi vida entre los dieciocho y los veintidós años –que coincidirán con mi etapa universitaria–, cómo voy a madurar y a quién voy a conocer. Sin embargo, también pienso en la cercanía a una nueva década y en lo lejos que se quedan mis diez, doce, diecisiete años. Y en el miedo de elegir por mí misma, porque no me siento preparada, aunque me entusiasme convertirme en una de esas jóvenes que hace unos años idolatraba, así como de dejar depender de las elecciones de otros y emprender mi propio camino, por más que aún no sepa cómo voy a empezarlo ni a dónde me llevará.
Hay una lista no escrita sobre cosas que se deben hacer antes de cumplir los veinte y que aún no he completado: tener un primer amor, salir de fiesta hasta el amanecer o hacer tantos viajes y experiencias repletas de tanta adrenalina como nos lo permita el cansancio. Son situaciones que quiero vivir sin el vértigo de pensar en un futuro más lejano. Me emociona –al mismo tiempo que me preocupa– confirmar si estoy tomando las decisiones correctas, si voy a escoger aquello que de verdad quiero estudiar, si voy a ser capaz de dejar atrás la adolescencia para convertirme en una joven que, según el DNI, será considerada entre los adultos. El mundo me parece tan grande que me hace sentir pequeña y, por tanto, que no estoy lista para echar a volar.
He crecido rodeada de libros y de películas sobre adolescentes que pasan una etapa idílica en el instituto y en la Universidad, pero me cuesta pensar que ha llegado el momento de que me convierta en la protagonista de mi propia historia. Asimismo, que esos personajes o actrices tuvieran vidas muy diferentes a la mía hace que me cuestione si no debería cambiar de ritmo.
Va llegando el momento de comenzar a vivir experiencias por mí misma, ese “yo con yo” del que tanto se habla. Me toca viajar a otras ciudades y países, y realizar actividades que pueda recordar en un futuro. Tengo prisa, porque si no lo hago a partir de ahora, ¿cuándo lo podré hacer? Este es el argumento de esas novelas y de esas películas que acabo de mencionar.
En definitiva, hay muchos interrogaciones en mi cabeza. Aunque se hayan adelantado a los sucesos que están por venir, afectan también el presente.