XI Edición

Curso 2014 - 2015

Alejandro Quintana

La Escuela de Debate

Beatriz Jiménez de Santiago, 17 años

                 Colegio Senara (Madrid)  

A la mayoría de los adolescentes no nos gustan los exámenes orales. Cada vez que un profesor amenaza con cambiar la forma clásica de preguntarnos la materia (ya se sabe, una hoja y un bolígrafo), nos sentimos confundidos. Entonces nos asaltan los temblores, se nos seca la boca, aumenta el ritmo cardiaco, sentimos vértigos… para, al final, quedarnos en blanco, víctimas del “pánico escénico”.

Yo también experimenté esos síntomas, hasta que comencé a participar en la Escuela de Debate que ofrece mi colegio. En ella, a partir de distintos temas previamente seleccionados por los organizadores de los diferentes torneos de oratoria, las alumnas del colegio Senara redactamos un discurso con argumentos y evidencias de autoridad para sostener ambas posturas (a favor y en contra). Cada equipo realiza una exposición que inicia el debate, dos refutaciones y una conclusión para cerrar el discurso.

En nuestra trayectoria como oradoras hemos aprendido, entre muchas otras cosas, que no toda la información disponible en internet es fiable, que antes de hablar en público es necesario informarse con la precisión de un científico.

Gracias a la Escuela de Debate, he mejorado en numerosos aspectos relacionados con la expresión: mi tono de voz, la expresión corporal, el modo de argumentar, etc. Además, en estos dos años he comprendido que no hay que sufrir hablando sino disfrutar ante el resto de ser escuchado.

Si creemos en algo, es necesario defenderlo con argumentos, sin miedo a expresar lo que pensamos, convencidos de que no tiene razón el que más grita sino el que mejor lo dice.