XIII Edición

Curso 2016 - 2017

Alejandro Quintana

La foto 

Pilar Garrido, 16 años  

             Colegio Grazalema (El Puerto de Santamaría)  

Sofía echó un vistazo al reloj, dejando escapar un bostezo. Tan solo le quedaban diez minutos para tomarse un merecido descanso. Distraída, recordó que esa noche había quedado con sus padres para cenar, pero antes debía finalizar aquel tedioso trabajo.

Suspiró y comenzó a deslizar el cursor por la pantalla del ordenador, dejando al descubierto una lista interminable de niños, más larga de lo que había imaginado. Cuando su jefe le pidió que realizara un estudio sobre aquel tema tan sombrío, supuso que se trataría de una nueva jornada. No sospechaba que en la década de los ochenta hubiesen ocurrido tantas desgracias.

Llena de curiosidad, entró en la página de una niña de cara melancólica que no podía tener más de nueve años. Empezó a leer con avidez. Pronto, su expresión se volvió apesadumbrada. La pequeña había sido vista, por última vez, una mañana lluviosa, caminando sola hacia el colegio. Sofía continuó el interminable desfile de imágenes, deteniéndose de vez en cuando para contemplar la foto de algún pobre inocente, lo que la sumía en la aflicción.

Una alarma procedente de su móvil le recordó que disponía de un cuarto de hora de descanso. Levantó la vista de la pantalla con cierto alivio y se desperezó. Caminó hacia la sala común y pulsó un botón de la máquina de café. Su cuerpo agradeció de inmediato el cálido fluido, y tras unos minutos de tranquilidad regresó a su silla.

Prosiguió su trabajo: sacó carpetas y ordenó papeles. Al echar un nuevo vistazo a la pantalla, la vio. Esa foto iba a cambiar su vida.

La observó durante algunos minutos, desde todos los ángulos posibles. Quería asegurarse de que la chica de la foto era ella. Y efectivamente, lo era. El corazón le latía con fuerza, su respiración empezó a entrecortarse... Sabía que fue adoptada, ya que poseía rasgos raciales diferentes a los de sus padres, pero… ¿por qué el fichero declaraba que llevaba desaparecida desde 1991?

Aquel fue el año en que sus padres abandonaron China con ella para establecerse definitivamente en España, y sintió un leve temblor en las manos. Comenzó a leer el informe:

«Mei Wong, nacida en 1989. Secuestrada en su habitación, la noche del 22 de agosto de 1991».

Temblando, levantó el teléfono móvil y llamó a su casa. Necesitaba saber si era verdad que sus padres la habían secuestrado.

—¿Mamá?

—Hola, Sofi, ¿vienes al final esta noche a cenar?

—Mamá, ¿quién es Mei Wong? —preguntó con voz entrecortada.

Se oyó una exclamación a través de la línea telefónica. Esperó una respuesta, pero no la obtuvo. Sofía sintió ganas de vomitar y colgó. No lo entendía, no lo podía creer. Sus padres, tan dulces y amables, eran en realidad unos criminales.

Llevaba veintiséis años viviendo con sus secuestradores.