VII Edición

Curso 2010 - 2011

Alejandro Quintana

La noche

Carmen Cintas, 16 años

                  Colegio Puertapalma (Badajoz)  

Levantas la persiana, apagas el flexo y te detienes a contemplar la ciudad envuelta en la noche. El cielo está plagado de estrellas y observas cómo la luna va desapareciendo poco a poco tras los edificios.

La ciudad está iluminada por miles de farolas y hay millares de ventanas donde no se aprecia nada, solo la luz eléctrica de las habitaciones.

Todo está en silencio; no oyes nada. De vez en cuando unos tacones pasan solitarios o el motor de un coche te sorprende a lo lejos. El fuerte viento hace mover las hojas de los arboles.

En algunas calles retumba la música de algunos pubs que están abiertos. También aprecias las risas de un grupo de amigos que vuelven de cualquier lugar. Pero algo llama tu atención: un ruido que ya no son esos tacones o el motor de un coche. Ni si quiera el viento.

Es otro ruido distinto.

Tu mirada se dirige hacia una ventana de enfrente. Es el sonido de una persiana. Entonces percibes una sombra ante una luz amarillenta. No es nada interesante, solo un hombre que sale a fumarse su último cigarrillo del día o, como haces tú, a contemplar la ciudad envuelta en la noche.