VII Edición
Curso 2010 - 2011
La tortura
Jon del Bosque, 17 años
Colegio Vizcaya (Bilbao)
<<Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento de las personas>>. Esta sentencia, irrefutable desde una ensibilidad acorde con el respeto, la protección y la defensa de todos los seres vivos, está recogida en la Declaración niversal de los Derechos del Animal, promulgada el 15 de octubre de 1987 por Naciones Unidas. Este texto, vigente y actual, responde al compromiso ético que nosotros, los seres humanos, tenemos con los animales.
Lamentablemente, esta realidad parece ser que no está del todo completa. Es cierto que muchos puntos de esta eclaración han sido cumplidos -Como la edad mínima para asistir a una corrida de toros-, pero queda claro que los restantes parecen aber sido olvidados por nuestra sociedad.
Me gustaría nombrar al Parlament de Catalunya, objeto de numerosas críticas por parte de los que están a favor de las corridas de toros, que acusaban a este organismo de haber implantado esta prohibición bajo el fantasma independentista, cuando realmente esta institución no fue pionera en abolir las corridas de toros.
El otro día, mientras caminaba por la calle, en esos lapsos solitarios en los que mi vena filosófica sale a la luz, observaba a los perros que, junto a sus dueños, se divertían correteando y saltando a lo largo del parque. Mientras esbozaba una onrisa impulsiva de satisfacción, no pude reprimir el pensar qué sería de esta imagen si la sociedad hubiese querido sacar al uedo, en vez de toros, perros.
Aquí entra en juego la opinión de cada lector, pero me gustaría que tuvieseis en cuenta la correlación entre la tradición y la razón.
No puedo entender y, menos aún, compartir la afición taurina. Creo en el valor de las tradiciones, pero sólo de aquellas que son compatibles con la dignidad de todos los seres vivos, incluidos los animales. La evolución humana nos ha llevado a uperar comportamientos y actividades que, pese a tener un gran arraigo en un momento, hoy nos parecen inaceptables.