XVI Edición

Curso 2019 - 2020

Alejandro Quintana

Las dos caras de Ramón

Cristina de Paz, 15 años 

                 Colegio Tierrallana (Huelva)  

Observo mi habitación, que está cuajada de libros. ¿Qué son?... ¿Meros objetos a lo que dedicarles un rato? ¿Pozos profundos llenos de historias maravillosas o intrigantes?.. Llega el verano y los adultos nos dicen: <<A ver si aprovechas el tiempo y lees algunos libros buenos>> o, en mi caso, <<Voy a regalarte una novela por tu cumpleaños, y así te habitúas a leer>>. Incluso en el colegio me entregan un listado con títulos y más títulos… Y sé que la palabra “aburrimiento” pesa sobre los hombros de los adolescentes. Si supiéramos que hay lecturas cuya magia puede hacernos mucho más felices…

Ramón era un lector empedernido. Para muchos era lógico: se trataba de un chico “algo raro”, que apenas tenía amigos. Parecía que siempre andaba disgustado en el instituto. Su vida familiar, no era motivo de envidia para nadie. Por supuesto Ramón era mal estudiante. Sumaba asignaturas aburridas, profesores aburridos y aburridos ceros que se le acumulaban en cada evaluación.

No sabemos por qué leía tanto, pero sí lo que ocurrió aquella tarde: andaba el chico metido en aquel ejemplar, pasando las páginas de un modo casi compulsivo cuando, de repente, necesitó detenerse a reflexionar. Meditó en el protagonista de su novela, que afrontaba toda clase de problemas y disfrutaba de un amor conquistado de una manera limpia. Sin proponérselo, vio la diferencia entre su vida y la de aquel personaje principal. 

Ramón verbalizó sus pensamientos: 

<<¡Qué valiente!... ¡Qué persona tan admirable!... ¿De dónde sacará el impulso para perdonar en esas difíciles circunstancias?… Me gustaría ser como él… ¿Podría?... Claro que, esto no es más que una ficción; la vida es otra cosa>>.

Cerró el volumen con ímpetu. Pero cuando se disponía a ir a la nevera a tomarse otro trozo de pizza,  se detuvo en seco, pues acababa de leer en la contraportada que se trataba de una “historia basada en hechos reales”  

La vida de Ramón cambió a raíz de aquella lectura.  Tomó la decisión de dirigir las riendas de su vida, volver a conquistar a sus padres, conocer a fondo a los enemigos que tenía en clase para transformarlos en amigos y dejar de llamar la atención con tanto suspenso. 

Sus profesores no daban crédito. ¿Qué había pasado para que, de un día para otro, se hubiera convertido en un muchacho encantador? No sabían que Ramón guardaba en lo más secreto que había decidido hacerse escritor. Sí, con sus novelas acompañaría la vida de miles personas que encontrarían en sus libros la inspiración para caminar sin miedos, con alegría, dispuestas a convertir la vida en una increíble novela. Y si para eso Ramón tenía que cambiar, nada iba a detenerle.