IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

No quiero bailar

Sara Mehrgut, 16 años

                  Colegio Alcazarén (Valladolid)  

Los zapatos se deslizaban por la pista de baile con gran agilidad al ritmo de la melodía. Los colores deberían inundar la fiesta, pero esta boda era invernal y ni el rojo, azul, verde o amarillo son colores propios en esas fechas. Pero no importaba que se lucieran trajes oscuros para que la alegría se contagiara por toda la sala.

La muchacha de este relato estaba preciosa. Vestía color café con un corte muy propio para sus quince años. Se había sentado en una silla y observa, divertida, como los invitados se movían: algunos ancianos bailaban serios, despacito y muy juntitos; parejas jóvenes marcaban el ritmo y los niños huían de las princesitas que querían demostrarles sus últimos progresos en ballet.

La joven solo suplicaba, para sí, que nadie se percatase de su presencia. El baile no era lo suyo. Así que miró la pantalla de su inseparable teléfono móvil deseando alguna llamada que le hiciera desaparecer la incomodidad del momento. Fue entonces cuando reparó en su tío, que se acercaba sonriendo hacia ella. Intentó disimular su soledad volviendo los ojos hacia el móvil. Pero antes de que introdujera una mano en el bolso, el hombre la sonreía invitándola a bailar.

-Lo siento, tío Manu, pero me duelen los pies ¿Te has fijado en el taconazo?

-Eso dicen todas.

Y la sacó a bailar.