XVI Edición

Noche nueva

María Saldaña, 17 años

Colegio La Vall (Barcelona)

Se encontraba sobre el pretil del puente, con los pies colgando en el vacío. Había caído la noche y la luna del agua vivía más que la del cielo.

Sus ojos iban de la corriente a sus zapatos. Giraba los tobillos, dibujando círculos en el aire y respirando el olor húmedo de la noche. De pronto se le cayó uno de los zapatos al río. Vio cómo se rompía el agua. 

<<¿Adónde se marcha?>>, pensó. <<¿A qué lugar de la costa llegará?>>.

Anduvo descalza, deshaciendo su camino, con un zapato menos y cinco dedos al aire, pensando en su zapatilla que navegaba por la oscuridad. 

<<Quién sabe… Quizás se deshaga en la nada, deshaciéndose también todo lo que ya ha vivido>>. 

Consideró que aquel agua daba de beber y que así mantenía la vida, también la de ella.

<<Quizás todos bebemos de los zapatos de otro>>. 

Su pie desnudo, blanco, pisó el frío del mojado asfalto, de camino a una de las riberas del río. Al hallar el zapato varado entre unas ramas, se dio cuenta de que le gusta más andar descalza.