VIII Edición

Curso 2011 - 2012

Alejandro Quintana

"Para Elisa"

Patricia Garay, 16 años

                 Colegio Ayalde (Bilbao)  

Una página en blanco se presenta ante mí como una fantasma. Me provoca el mismo pavor que estos seres ficticios. ¿Por qué tengo que enfrentarme todas las mañanas a semejante enemigo imbatible?

Intento pensar, pero nada hay en mi cabeza que merezca la pena expresarse. Lo que lo merece, no debe estar. Y es que solo podemos crear aquello que merece la pena.

Mojo la pluma en el tintero, por si las ideas vienen a la llamada de esa tinta, dispuestas a posarse en la hoja. Nada. Cierro los ojos, para que dejen de trabajar por un tiempo y no penetre más información en mi cabeza. ¿Cómo se podrá componer observando la oscuridad?

Abro de nuevo los ojos, dispuesta a inspirarme. Abro la ventana y dejo que la brisa primaveral entre en el cuarto. Inspiro y siento el poder de la naturaleza. Se nota una frescura característica de esta estación. Los rayos de sol inundan la mesa y ese rectángulo blanco que me tiene tan inquieto.

Dicen que uno no nace, que tiene que formarse, acuñar esos talentos que ha recibido para conseguir ser un diamante. Durante toda mi vida he intentado alcanzar ese estado de paz interior al que aspira el alma y espero que, antes de abandonar esta vida, llegue a la meta que me he asignado.

Miro de nuevo a mi fiel enemigo y me atrevo a realizar el primer ataque. Elevo el lápiz sobre el papel y escribo la clave de sol, seguida de un pentagrama. Comienzo con unas tímidas notas en el primer compás, lentas, para aumentar la incertidumbre del futuro espectador, hasta que la mano izquierda se une a la derecha. Entonces melodía y ritmo se unen y dan forma a la obra.

En esta batalla he conseguido al fin vencer al miedo ante lo desconocido. Llamare a este logro mío “Para Elisa”. Será una buena pieza para la alumna de mismo nombre.

La música tiene tantos deseos de ser escrita, de nacer, que utiliza todos los medios a su alcance, incluso el torpe pulso de este pobre sordo.