IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

Promesa por cumplir

Suyay Chiappino, 15 años

                       Colegio Guaydil (Las Palmas)  

-¡Te dedicaré algo que escriba! –alzó la voz a medida que se alejaba caminando de espaldas, sin cortar la conexión de sus miradas sonrientes.

-¡Más te vale! Diviértete y ya me contarás –se despidió alzando una mano.

Un guiño de complicidad brilló en sus ojos. Como única respuesta, la sonrisa de su amiga se acentuó antes de que diera la vuelta para alejarse. Sin embargo, no se le presentó la oportunidad de cumplir su promesa durante aquel curso literario y un sabor amargo por haberla roto, la perturbaba.

En el avión de vuelta, demasiado cansada para seguir riendo y disfrutando con la conversación de sus compañeras, se tumbó lo más cómodamente que pudo en su asiento y se desconectó del mundo con la ayuda del ipod. Las notas musicales comenzaron a adormecerla y por su mente, aturdida por el cansancio, vagaban pensamientos sobre todo lo vivido. Se complacía en cada recuerdo. Se sumergió en un estado de estupor cuando, de repente, una chispa la despertó. Quiso, en ese instante, cumplir la promesa que le había hecho a su amiga.

Sin dejar de escuchar música, buscó papel y bolígrafo en su mochila, enderezó su asiento y, entre las turbulencias, las letras de amor y desamor que resonaban en sus oídos, las palabras acudieron como un torrente. Deslizaba el bolígrafo con rapidez mientras acudían a su memoria episodios del fin de semana en las jornadas literarias.

<<Insistía el maestro: “Analicen lo que tienen delante... ¿Qué es lo que acaban de leer?”. Los alumnos intentaban resumir su propia interpretación del texto. ´´¡No!”, exclamó, “solo se trata de un papel impreso”. Todos los alumnos se sorprendieron. Era solo un folio con palabras, una historia que contar, un mensaje para una amiga...>>

Tomó conciencia del presente y escribió:

<<Podría decir muchas cosas o, simplemente, escribir que te quiero escribir...>>