XI Edición

¿Quién tiene una duda?

Elena Martín-Hidalgo, 16 años

                 Colegio Grazalema (El Puerto de Santamaría)  

La pasada semana acabó el plazo para presentar un trabajo en clase de Química. Los proyectos se han realizado por equipos. No se trataba de un concurso, pues todos teníamos la misma posibilidad de conseguir una buena nota. Era un trabajo de campo, bonito, que nos daba la posibilidad de aprender al tiempo que disfrutábamos de cierta creatividad.

Reconozco que me he divertido junto a la que ha sido mi compañera, pero en esta experiencia también he descubierto un “lado oscuro” que no me ha gustado. Me refiero a la competitividad en el aula.

Con la excusa de que el mundo de los adultos es necesariamente competitivo, y de que solo llega hasta el nivel más alto aquel que es mejor que el de al lado, se están formando jóvenes académicamente muy preparados, pero egotistas e individualistas en el ámbito personal.

Todos, durante el bachillerato, queremos obtener la mejor nota posible para después escoger con seguridad la carrera que deseamos estudiar, pero esto debe conseguirlo el estudio con constancia, aprendiendo de verdad, aclarando dudas con los profesores y, si es necesario, con los propios compañeros de clase.

No debemos hacer de nuestros compañeros enemigos a batir, sino amigos con los que compartimos un viaje que tiene el mismo objetivo.

Todos tenemos la misma ansiedad y el mismo estrés ante los duros exámenes que nos esperan. Los cursos de bachillerato y la selectividad son etapas duras, pero se hacen más llevaderas si en lugar de enfrentarnos los unos a los otros, nos ayudáramos.

Por mi parte, estoy dispuesta. ¿Quién tiene una duda?