IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

Sin motivos

Lupe Prieto, 16 años

                 Colegio Vilavella (Valencia)  

Desde aquí arriba, sobre este algodón de vapor que los vientos mecen, contemplo la extensa ciudad de Valencia.

Pasan miles de personas por debajo de mí: dos niños corren con sus mochilas, los tacones de una señora repiquetean sobre la acera como el tictac de un reloj, un grupo de ancianos se dispone a jugar a la petanca bajo el palmeral del parque y un chico joven espera pacientemente el autobús.

De entre todo el paisaje urbano, me llama la atención una adolescente. Se siente sola, piensa que nadie se acuerda de ella, que no es importante para el mundo que la rodea. Y todo porque hoy no le han enviado mensajes al móvil ni ha recibido llamadas perdidas.

Se siente mal, sufre la soledad cuando no está sola, porque disfruta de una familia y unos amigos que la quieren de manera incondicional. Pero ella no lo ve, o no quiere verlo. En su cabeza solo está ella, solo existe ella y no cabe nadie más. Le da igual todo lo que sucede a su alrededor, los problemas de su gente.

También va a un colegio, que diviso desde mi nube, en donde le han enseñado un montón de cosas. Pero no sabe o no quiere valorarlo porque todo lo convierte en un drama, un castigo.

Tiene de todo, incluso más de lo necesario, y no presta atención a tanta gente que apenas dispone de comida y viven en la calle. También los veo desde las alturas, porque habitan en Valencia como en todas las ciudades.

Ahora me bajo de la nube… Ella soy yo. Ella somos todos muchas veces.

Ha sido en lo más alto donde he podido reflexionar y observar a la vez Valencia. El aire que viene del mar me ha ayudado a saber cuántas veces nos quejamos sin motivos.