XVI Edición
Curso 2019 - 2020
¿Te quieres?
Ariadna Guevara, 17 años
Colegio Senara (Madrid)
Hasta los diecisiete años nunca me ha pasado por la cabeza esta pregunta. Por eso empecé a temblar cuando lo hizo por primera vez. Me llegó cuando estaba en mi cuarto, tumbada en la cama y mirando al techo. De la misma rogué que alguien me diera una respuesta, pero como no ocurrió, tuve que dármela yo misma.
Empecé a pensar en las decisiones importantes que he tenido que tomar, y reconozco que me sentí decepcionada, pues comprendí que dependía de otras personas para ser feliz. Es decir, me condicionaban excesivamente los demás, los sentimientos de los demás, las emociones de los demás, las alegrías y los miedos ajenos. Estaba tan vinculada a los otros, que a veces me olvidaba de mí misma.
Decidí poner un punto final, para empezar un proceso de aprendizaje que me sirviera para quererme más. ¿Acaso no soy yo la única persona que va a pasar conmigo el resto de la vida?. Por eso sería injusto que no me valorase ni me respetara como debo. Cansada de ver como siempre me he puesto por los suelos, como si no tuviese ningún valor, decidí levantarme. Y reconozco que desde ese momento todo me ha ido mejor, porque he conseguido despegarme de algunas personas tóxicas que había en mi vida y me he rodeado de gente a la que hago y me hace feliz. Y esas personas son el mayor regalo de este descubrimiento.
Aunque parezca obvio, quererse es una decisión personal que nos obliga a ordenar nuestras prioridades. Es necesario que encontremos un equilibrio emocional donde nos sintamos a gusto con nosotros mismos, con el que también logremos reírnos de nuestras pequeñeces. En ese equilibrio está el poder de ser feliz para hacer felices a los demás.
A los diecisiete años he tenido que tomar una decisión: la de quererme.