XI Edición

¿Tienes un minuto?

Rocío Buenaventura, 15 años

                 Colegio Montealto (Madrid)  

No sabemos qué es el tiempo, pero todo el mundo conoce su valor. El tiempo no es solo el transcurso de los segundos, de los minutos, de las horas… sino cómo crece un niño o cómo se agosta una planta.

El tiempo no se puede comprar ni vender, pero todos desearíamos disponer de más, pues parece como si siempre avanzáramos en su contra. Qué pena convertir el tiempo en rutina.

Queremos controlarlo, exprimirlo. En clase lo despreciamos, y nos pasa lento, pero a la hora de leer una buena novela deseamos que no avance. Y es que no hay forma de manejarlo, es como un caballo vivo y salvaje que no se somete. Y es que no hay minutos de más, pero sí acciones de menos…

No valoramos el tiempo que pasa. Por utilizar un símil, pensemos en algo que siempre hayamos querido, que de pronto lo consigamos para, acto seguido, tirarlo al vacío desde un décimo piso. Así utilizamos el tiempo; así es la incoherencia de los hombres.

Son innumerables las cosas que se podrían hacer en el momento que dura la lectura de estas líneas. Podríamos cambiar el mundo o, simplemente, cambiar un poco nosotros mismos.

No perdamos el tiempo. Un minuto es poco y perecedero, pero el bien que se puede hacer con él permanecerá.