XI Edición
Curso 2014 - 2015
Un berlanguiano
en Nueva York
Alejandro Caicedo, 16 años
Colegio Iale (Valencia)
<<Entra y demuestra lo que vales>>, me dije entre la marejada que provocan los nervios previos al inicio de una nueva etapa. Aunque en este caso iba a ser corta, resultó una de las mejores experiencias de mi vida.
Eran las ocho de la mañana y Nueva York estaba a pleno funcionamiento, con todo aquel tráfico y miles de personas que caminaban de un lado para otro con la preocupación puesta en la hora que marcaba sus relojes.
Entré decidido a aprender lo máximo posible en un campo que me apasiona: el cine. En el aula había alumnos que charlaban entre ellos en, al menos, seis idiomas diferentes. Entonces me di cuenta de que no era el único extranjero que se había desplazado hasta allí para realizar aquel curso de verano, destinado a que los profesores de la Academia de cine de Nueva York nos enseñaran a dirigir actores, montar una cámara de 35 mm y, sobre todo, expresarnos en veinticuatro fotogramas por segundo.
Aunque los primeros días fueron los más difíciles debido a la nostalgia que se padece lejos de casa, aproveché todas y cada una de las clases y saqué provecho a mis amigos del mundo, pues charlamos horas y horas acerca de cine, así como del Arte en cada una de sus disciplinas. Por ejemplo, logré que un ruso se leyera "Rayuela" de dos maneras distintas.
Cuando llegó el fin de mi travesía, conseguí dar respuesta a la pregunta que al llegar a la Gran Manzana me había formulado a mí mismo: <<¿Qué pinta un “berlanguiano” en Nueva York?>>: internacionalizar el concepto “berlanguiano” y mostrar lo mucho que los españoles podemos ofrecer sobre una pantalla.