XIII Edición

Curso 2016 - 2017

Alejandro Quintana

Un largo camino 

Manuel Martel, 14 años  

                 Colegio El Prado (Madrid)  

Pasan los minutos y sigues delante del papel en blanco. Está prácticamente vacío; solo hay dos palabras: tu nombre y tu apellido. Poco a poco comienzan a surgir las ideas, que vas poniendo por escrito.

¡Lo tienes! Has comenzado a escribir y ya no hay quien te detenga. Piensas que tu narración es la mejor del mundo. Te sientes lleno de energía, pero cuando cambias de actividad y, más tarde, vuelves a leer tu invención, descubres tres faltas de ortografía, te das cuenta de que pondrías aquí punto en lugar de coma, de que hay una palabra que has repetido cuatro veces… y tu autoestima baja considerablemente.

Días más tarde vuelves a leer el texto. Más tachones. Tras repetir este proceso una vez más, crees que por fin está listo. Entonces empieza a surgir la emoción en tu interior.

A la mañana siguiente le comentas el proceso creativo a tu profesor de Lengua. El ansia por subir nota se percibe claramente en tu cara. Por la tarde pasas el texto a ordenador. Ya solo falta esperar.

Cada tarde miras el correo: aún no hay ninguna respuesta. Varios días después, abres el email y se te cae el alma a los pies: cambios por aquí y correcciones por allá. Reescribes el texto y vuelves a enviarlo. El mismo proceso una vez más.

Llega por fin la respuesta y de nuevo a corregir... Lo envías otra vez y una semana después te comunican que vas a publicarlo en Excelencia Literaria. No cabes en ti de gozo. Lees el texto una vez más y te das cuenta de que con una gran dosis de trabajo y esfuerzo puedes lograr grandes cosas. Al fin eres consciente del largo camino que has recorrido y de que ha merecido la pena.