XVI Edición

Curso 2019 - 2020

Alejandro Quintana

Un loco enamorado 

María Gámez, 17 años

Colegio Ayalde (Vizcaya)

Rodrigo clavó la mirada en la ventana, pero no para ver los molinos que se alzaban a lo lejos; su mente estaba demasiado ocupada repasando el plan de huida. Después de meses ideándolo, por fin iba a llevarlo a cabo. A medianoche su amada aparecería en su habitación y juntos escaparían por aquel hueco.

 A cada hora que pasaba fueron aumentando sus nervios. Su mirada abandonaba constantemente los molinos para consultar el reloj de pared. Cuando las dos agujas se encontraron sobre el número doce, su corazón se aceleró. Temió que ella no viniera. 

Pero aquella noche no fue distinta a las anteriores: su amada se presentó, tan bella como una aparición. Era su Dulcinea y se alzaba frente a él. No necesitaron articular palabra. Se miraron, sonrieron y, agarrados de la mano, se acercaron a la ventana. Cuando se disponían a abrirla, oyeron unos pasos. 

Una enfermera entró en la habitación. Lo último que sintió Rodrigo fue un pinchazo.

Se despertó en la cama, abatido porque, una vez más, había fallado en su intento de escapar con su amada hacia una vida mejor. En el fondo, sabía que no iba a ser posible, que aquel psiquiátrico era infranqueable. Pero volvería a intentarlo cuando llegara la hora, y hasta entonces la seguiría amando en su encierro.