XI Edición

Curso 2014 - 2015

Alejandro Quintana

Un sillón bastante raro

Juan Macías, 12 años

                 Colegio Mulhacén (Granada)  

Hace una semana fui a una tienda de objetos de segunda mano. Estaba mirando lo que había entre tanto cachivache cuando, de pronto, me encontré un sillón en perfecto estado que, además, estaba bastante bien de precio. Lo sorprendente era que aquel sillón no tenía ni una mancha, ni un desgarrón, ni una sola muesca en sus patas, mientras que el resto de los objetos de la tienda estaban mal cuidados y hasta sucios.

Lo compré.

Me costó decidir en qué parte de la casa lo pondría. Al final opté por la terraza, pues la tengo acristalada. Sentado en él, podía contemplar el jardín. Sin embargo, a partir de entonces empezaron a ocurrir hechos extraños.

Un día, enfadado, decidí preguntar a los vecinos si habían notado algo fuera de lo normal. Todos me dijeron que no, que las cosas seguían como siempre. Y es que cada mañana, al levantarme, me encontraba algo roto. Unas veces eran los setos del jardín, otras eran las tejas o las macetas.

¿Qué podría ser?...

Al cabo del tiempo pensé que el culpable podía ser el sillón, pues antes de tenerlo, en mi casa no sucedían cosas de ese tipo. Así que decidí devolverlo.

El encargado de la tienda me dijo:

-Ya sabía que me lo iba a traer. Este sillón va y viene de casa en casa.

Desde entonces, mi vida volvió a la normalidad.