XI Edición
Curso 2014 - 2015
Una amistad diferente
Emma Roshan, 14 años
Colegio Iale (Valencia)
Las canciones que escucho son como la gente que conozco: unas llegan y se van; otras vienen y se quedan durante mucho tiempo, pero acaban desapareciendo; otras pasan, rápidas como un rayo, sin dejarme la oportunidad de conocerlas y algunas no se dejan conocer.
Pero algunas canciones acaban por convertirse en buenas amigas durante una semana, o dos. Otras permanecen en el mejor rincón de mi corazón.
A mi música, como la amistad, la divido en grupos: están los amigos alegres, que me suben el ánimo desde el pop. Hay otros que me ayudan a relajarme o me dan consejos acerca de la vida, desde la balada y el folk. Y aquella que me pide vivir al máximo, en fiestas y música electrónica.
Hay canciones que odio, canciones que amo, canciones de las que me enamoro, canciones que acabo aborreciendo… Durante la vida, uno se cruza con mucha gente y con la música pasa algo parecido. Son canciones que escucho pero dejo ir, canciones que convierto en amigas, canciones que evito cada vez que me cruzo con ellas y canciones a las que dirijo una mirada indiferente.
Por eso la música es tan importante: se convierte en nuestro único amigo cuando estamos tristes, en nuestro único pensamiento cuando nos aburrimos y en la energía que nos ameniza las fiestas. La escuchamos, la tocamos, la cantamos, la bailamos...
Sin la música, la vida tendría un agujero negro.